Se propone un objeto que pueda servir de hito en el paisaje (visible desde la carretera), marca del camino (situado en las bifurcaciones) y asiento para la contemplación (del paisaje y del caserío de San Pelayo).
La forma está inspirada en la V, símbolo del cinco romano y del Quinto Centenario de la revuelta comunera, aunque finalmente se adoptan las proporciones de los checks de mensajería y redes sociales, la V verde que indica que lo estamos haciendo bien.
La textura es la de los pallets y tablas de madera con que se moldea este objeto en V, material respetuoso con el medio, ensamblado con perfiles interiores y anclado al suelo para conseguir total estabilidad.
El color rojo, ribeteado de negro alude a los colores comuneros y la imagen de las ropas nobles de la época, muy presentes en la pintura de época.